El Economista, 26 de octubre de 2019.

José Luis Curbelo, Madrid.- Un mensaje común de los tres galardonados este año con el Premio Nobel de Economía (Banerjee, Duflo y Kremer) es que la efectividad de las políticas de desarrollo y de lucha contra la pobreza en los países emergentes (aunque sus conclusiones pudieran extrapolarse a los países avanzados) no depende de la cantidad absoluta de recursos invertidos (transferidos), sino del diseño de las intervenciones y los incentivos explícitos e implícitos en las mismas, la identificación ordenada de los impactos que se pretenden conseguir -y de aquellos no deseables-, la medición correcta de ambos y, finalmente, la evaluación permanente de los mismos en relación a lo deseable, ajustando, si fuera necesario, las intervenciones.